¡Hola! Hace unos días que he pensado acerca de esta nueva categoría en el blog, Day Story o historia del día en español, esta idea ha nacido de querer compartir mis vivencias más de cerca con ustedes, al menos cuando vivo momentos memorables o tengo esas reflexiones internas que muchas veces olvido con el pasar de los días, a veces son experiencias simples que me llenan los días de felicidad, otras son profundas verdades que me asombran y cambian mis perspectivas, en fin, cualquiera de ellas, me encantaría compartirla con ustedes, que disfruten conmigo, que vivan conmigo.
Este fin de semana he vivido momentos muy británicos, sí, el clima ha cambiado drásticamente y ya es nuestro quinto día entre 0°- 5° grados centígrados, esto hace que toda la atmosfera en las calles cambie, hay más horas de oscuridad, nubosidad y este frío que trae como nostalgia, a lo mejor porque me hace recordar que diciembre se acerca; la forma de vestir cambia, los colores son diferentes y al caminar en las calles, escuchas todo un poco más silencioso, más pasos de tacones y botas; quizás estoy exagerando o quizás he tenido que caminar por lugares más calmados, sea lo uno o lo otro, lo he disfrutado mucho.
Gracias a Dios he contado con una comunidad muy especial, la iglesia, donde he encontrado grandes amistades, donde también he podido mezclarme y aprender de esta cultura; hace un año me sentía frustrada de compartir con ellos porque las diferencias culturales eran tan pronunciadas que me era difícil relacionarme, seguir los códigos de conducta, el protocolo. Ayer notaba como he cambiado tanto durante este último año, como he descubierto nuevas formas de interactuar y aun ser yo misma en medio de todo. ¡Me encanta! Todo lo que he aprendido y quien soy. Es maravilloso ver tu propio crecimiento.
Este fin de semana me encantó, te cuento que una amiga organizó un desayuno/almuerzo, que en inglés sería un Brunch para mi es cuando comes a eso de las 11 am, ligero porque es el inicio del día pero suficiente como para no comer hasta la cena; y fue una experiencia super tierna, cuando llegué, con flores (por supuesto) porque descubrí que es un buen regalo en cualquier ocasión, así que casi lo he convertido en una regla personal (comprar flores cuando visitas a tus amigas).
En fin, llegué y todavía me cuesta acostumbrarme pero lo primero es quitarte todas las capas de ropa que llevas para mantenerte calentita y lo segundo depende del anfitrión si pide que dejes los zapatos en la entrada o no, cosas que nunca viví en Venezuela, cuando mucho debía quitarme los zapatos en la casa de una amiga si su mamá había limpiado ese día, pero no era lo cotidiano; así que luego de todo el procedimiento, al fin entro a la sala y al menos unas 10 mujeres reunidas (imaginen las miles de palabras que se intercambiarían en ese lugar), ya estaba todo servido, nos habíamos organizado para todas colaborar con algo y compartir, había de todo!
Lo más especial, era la mesa con velas de todas las esencias y aromas, florecitas y detallitos en todo en lugar, algunas muy acomodadas en el sofá, otras muy cómodas con cojines en la alfombra, en fin, las más hacendosas en la cocina terminando de calentar algunas cositas; fue un tiempo especial, música suave y mujeres hablando por doquier.
¡Temas, variados! Las mujeres podemos pasar de filosofía a drama, de ficción a documentales y de la crisis mundial a temas de amor, así que fue un sinfín de risas y cortos momentos de chalequeo (sí, uso esta palabra porque la extraño inmensamente) significa bromear acerca de algo o jugar acerca de un tema, palabra que no tiene traducción al inglés o que sería mal llamada bullying, sin entender el contexto cultural del que proviene. En fin, para mí momentos que disfruto, solo que debes cuidar porque aquí pueden tornarse en graves ofensas con mucha facilidad, de nuevo, esto de la cultura.
Una de las cosas que más disfrute fue mi traslado desde y hacia casa luego de ese tiempo juntas; me encontraba sola y con mi cámara, un sol super rico que hace que todo se vea más vibrante y colorido. Tomé cuantas fotos me parecían hermosas y disfruté de andar algunas horas sobre mis pies. Lo único que debo confesar es que, al llegar a casa, el frio me invadió, me llené de ganas de estar en la cama y ver una película, así que porque no, me quedé a descansar.
Antes del día terminar estábamos en la iglesia compartiendo con todos, jugando juegos, haciendo trivias y por supuesto comiendo todos juntos, era como estar en casa, todos teniendo un buen tiempo, mi sábado termino siendo realmente satisfactorio ¡me encantó!
Hoy domingo, en uno de esos escasos domingos que tenemos libres los dos (mi amado esposo y yo), nos levantamos emocionados de poder ir a la iglesia en la mañana, porque por más de un año hemos tenido que ir solo a los servicios de las tardes por cumplir con nuestros trabajos; así que estaba muy agradecida a Dios por poder disfrutar de ir a ver a todos los hermanos y de escuchar la palabra de Dios, juntitos y de día.
Lo que no me imaginé jamás fue presenciar un acto de conmemoración tan solemne; el día de ayer 11 de noviembre se conmemora el día de los veteranos, todos aquellos caídos durante la primera guerra mundial, desde hace una semana podías ver las flores rojas que puedes obtener dando una donación a la fundación Poppy Scotland, los ciudadanos cargaban desde hace días con su flor y en el parque de la calle principal de Edimburgo podías ver cientos de cruces pequeñas enterradas en una sección especial para su conmemoración; aunque sabía de qué se trataba, no imaginé que la iglesia destinara un espacio para ello.
De nuevo, en la iglesia, lo primero fue recordar el significado de esta fecha, como acto seguido todos de pie, guardar respeto en silencio por los caídos, mientras además transmitían la grabación de la Reina (que supongo se realizó el día de ayer) pero hoy fue proyectado durante ese tiempo; para mí un acto de admiración, me parece que estas cosas definen a una nación, ver a todos guardando tal respeto y manteniendo tal unión y tradición, me pareció de ejemplo, la verdad es que he comenzado a estimar esos detalles en este país. Oramos juntos agradecidos porque este país no está en guerra hoy día y por aquellos países que, si lo están, que Dios traiga su paz. Luego durante la predica recordamos que nacimos para la gloria de Dios, que somos hechos, por y para él; que él merece toda gloria y adoración.
Fue un tiempo de alegría poder compartir con todos de nuevo, almorzar juntos, reír, animarnos y relajarnos, tanto que llegamos a casa directo a tomar una siesta, cosa para nada común en mí. Que fin de semana tan memorable. Agradecida estoy con Dios por traer alegría a mi vida, por sacarme sonrisas en los pequeños detalles y por enseñarme cada día nuevas cosas.
Deseo que tengan una semana llena de bendiciones y buenos momentos. Gracias por pasar un tiempo conmigo, desde Edimburgo, les envío todo mi cariño.
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